¿No os encantaria volver a ser pequeñitos?
Un poco más mayores que cuando nos hacíamos cacas y pis.
Cuando tus únicas preocupaciónes eran…
- Portarte bien...pero no por que querías ser obediente,no, para que los Reyes Magos, ratoncito Pérez, Olentzero y toda esta peña te dejen los mejores regalos.
- Que tus padres te dejen comprar un chicle en la cantina del Carmen, eso sí, acompañándote porque te daba vergüenza, y si no era por vergüenza era porque no llegabas al mostrador y empezabas a puñetazos... ¡es que se colaba la peña tío!.. con eso de que eres una enana.
- No quieres nunca que llegue el momento de vivir sin el chupete…¡ yo nunca queria vivir con la ausencia de mi tete! y mis padres, los muy majos me iban cortando la tetina hasta que ya solo podía agarrar un cacho de goma con las palas…¡que poca compasión!
Todo es felicidad mientras te refugias dentro del cascarón, nadie ni nada puede afectarte, y todo es ji ji, ja ja… Pero llega el momento, y la cascara debe romperse, por lógica pura… ya no te protege tanto… aunque hay algunos que envejecen dentro.
Eso no es bueno… ¡hay algo podrido fijo!
A partir de esta abertura a la vida real… ¡sálvese quien pueda!
Te enteras que ni el gordo de Olentzero, ni el Ratón de mierda, ni los Reyes viejos existen… que te has estado portando bien para nada ¡menudo bajón!
Aunque lo que más me fastidio es que como ya sabes que son ellos... pues nada, tendrás menos regalos... así de repente, y además tienes que ser comprensiva y no pedir tanto… todo porque ya eres mayor… ¡menuda tontería!... seguís teniendo la misma pasta para comprar los regalos.
¡Y por favor!... que solo ha pasado un segundo desde que me he enterado que ya no existen...¡por dios! un psicólogo o algo, ¡mínimo!
Aunque esto se puede evitar con un poco de astucia... ¿como?:
- Hacerte la tonta y no decir que lo sabes.
- Chantajearles a los padres; "como no me compréis lo que quiero le digo a lakoia (mi hermana pequeña, y única) quienes son los reyes"... ¡toma!
Otra de las cosas que cambia cuando sales del huevito es que si quieres un chicle te lo compras con tu dinero y sola… si no llegas al mostrador y se cuelan… ¡ajo y agua! nada de puñetazos, ya no hace gracia pegar.
Y por último, los padres ya no te compran el "chupete", no te lo pueden ni dar, ni quitar, ni cortar… ahora ya eliges tú si quieres tener uno y cuál es el mejor.
Sacris y Farra, queridos míos, os corrijo:
Comete los huevos mientras puedas, porque luego es cuando toca atragantarse con las cascaras…
