
Cuando el pequeño polluelo regresa al nido después de llevar fuera mucho tiempo, puede encontrarse con cosas que no esperaba ver. Ahora tiene varias opciones:
a) Montar el pollo (y nunca mejor dicho).
b) Volver a irse por donde ha venido.
c) Hacer de tripas corazón y resignarse.
Escoger un camino significa abandonar los demás, y eso es algo que yo ya lo hice hace poco... pero la elección sigue siendo muy difícil, sobre todo porque el resto de polluelos están en juego.
Por todo esto y por mucho más, de momento prefiero seguir quedándome en mi otro y queridísimo: hogar dulce pocilga.
Un besito.
Siempre hay tiempo de volver a retomar un camino. Aunque el problema es resignarse, si eres capaz de hacerlo a tiempo, siempre puedes enderezar la búsqueda de lo que consideras realmente importante.
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