Siempre las nuevas generaciones seremos, serán y serían más putillas que las anteriores.
Para nuestras madres nosotras íbamos demasiado rápido, para sus madres ellas eran las “rapidillas”. Y para nosotras… ¡ellas, que eran unas monjas!
(Aunque yo soy más de pensar que se hacía todo a escondidas)
Ahora pasa lo mismo, pero creo que ya no podemos avanzar más en este círculo, hemos dado con el tope, o eso espero por el bien de las mujeres.
Avanzar más sería ponerles tanguita a nuestras hijas en la playa, quitarles las uñas postizas para que puedan jugar de vez en cuando en el parque y maquillarles para ser la más guapa de la guardería, llevarles a "le petit spa"...

Lo peor de todo es que vamos a llegar hasta tal punto que nuestras hijas, con 12 años, tendrán conversaciones como:

- ¡Me ha salido un pelo en la txotxita!... ¡qué guay!
- ¿Ah sí? y ¿te molesta para follar?
¡ NO DIGO MAS !
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