
Volvieron.
Aunque en realidad, nunca se fueron.
Pero esta vez era diferente.
No venían solos.
Y eran mucho más fuertes de lo habitual.

Cometí algunos errores en el pasado y resonaron en mi cabeza durante mucho tiempo, pero de repente, encontré a la persona que hizo despertar en mí la fuerza que necesitaba para enfrentarme a ellos.

Pues así fue…
y ahora puedo decir que ya soy libre por fin.

He vuelto.
Y mucho más fuerte, feliz y renovado que nunca.

Doy infinitas gracias a esa persona.
Ella ya sabe quién es y sé que se dará por aludida.
Nunca tendré palabras suficientes para agradecerle todo lo que ha hecho por mí.
Wouh!
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