martes, 15 de febrero de 2011

La luciérnaga y el sapo


En el silencio de la noche oscura, la hermosa y reluciente luciérnaga sale incauta a la espesura. Su brillo, hermoso y preciado, luce en la oscuridad del lago.
Un enorme sapo, a quien su luz molesta, con su viscosa lengua un lengüetazo le asesta.

La pobre luciérnaga dijo moribunda:
¿Qué te hice yo para que así terminaras con mi inocente vida?
Y el monstruo respondió:
Bicho imprudente, las distinciones siempre salieron caras, si tu no brillaras, yo nunca te hubiera escupido.

Moraleja:
Hay que tener mucho cuidado de quienes siempre envidian lo que distingue a los demás.
Hay gente que no soporta ver como brillan y triunfan otras personas...
Pero que tengan muy claro que por mucho que el sapo se trague a la luciérnaga, el no se va a iluminar.

*Un saludo tanto si eres sapo, como si eres luciérnaga*


.
.

No hay comentarios:

Publicar un comentario